martes, 2 de diciembre de 2014

Tras mi estrella.


Te marchaste ante mis ojos,
me dejaste días huecos,
noches frías,
llantos y sollozos.

Se puso el sol,
salieron las estrellas,
y ya no brillan desde entonces
ni mis ojos ni mis huellas.

En un segundo todo se apagó,
dejó de funcionar,
y con ello mi preciada rosa,
mi preciada rosa me dejó
y ya no volverá.